martes, 20 de mayo de 2008

Conyugalia: LA CRISIS DE PAREJA (III)

LA CRISIS DE PAREJA (III)

En los últimos años parece que cada vez se da un índice desmesurado de separaciones y crisis conyugales, aunque también es verdad que cada vez mas las parejas buscan soluciones en los profesionales del comportamiento.

Publicado en http:/personales.com/espana/madrid/apsired/crisis-de-pareja.htm

Evitar las discusiones innecesarias.

Cuando se ha aprendido que de las discusiones fuertes muchas veces no surge la verdad es necesario aprender a mantener el control.

Se les debe enseñar la diferencia entre el dialogo, la diferencia de criterios y la discusión. Dialogar es conversar, hablar de uno y mil temas, intercambiar experiencias y opiniones. Las diferencias de criterio es cuando se matizan las propias ideas, que se refuerzan o debilitan según los argumentos recíprocos. En la discusión existe un fondo importante de desacuerdo por lo que hay que esforzarse en no intentar vencer sin razonamientos, por la fuerza o por la habilidad de la descalificación.

Tener una vida sexual positiva y centrada en la comunicación

La sexualidad tiene una gran importancia en la vida de la pareja, pero no debe de ser nunca el primer tema de la pareja, el hedonismo que ambos buscan para aliviar las tensiones sin arreglar los problemas de fondo. Se debe de entender la sexualidad como una conducta gratificante que este apoyada en sentimientos mas profundos y que se desarrolle dentro de parámetros de dignidad; con libertad y con un intercambio de conductas aceptado por la pareja, sin coacción o amenazas.

Hacer repetidos esfuerzos de voluntad por mejorar y pulir los aspectos de la convivencia.

Aquí entramos en el terreno de la voluntad, entendido como la capacidad psicológica que lleva a hacer algo anticipando consecuencias. En el ejercicio de la voluntad existen 3 fases: la primera es el objetivo a alcanzar que esta claro que es echar raíces, hacer la relación duradera y estable. La segunda fase es la determinación de querer cambiar y la tercera etapa es ponerse manos a la obra. La voluntad es energía, decidida disposición, empeño, tesón, firmeza, tenacidad, no doblegarse ante los obstáculos. Los ejercicios de voluntad tienen que ver con educarse a si mismo para seguir luchando aunque no exista un refuerzo inmediato.

Echarle a la vida sentido del humor

Una pareja con sentido del humor lograra un buen nivel de higiene mental, ya que se domina la vida y se superan las adversidades. Es necesario volver a ejercitar la risa, la ironía, la gracia para desdramatizar las pequeñas y grandes incidencias de la vida, y mucho mas en el terreno de la relación de pareja.

Aprender a remontar momentos, días o situaciones difíciles.

Hay veces que las parejas llegan a tener buenos momentos, pero en situaciones difíciles las cosas se pueden torcer y entonces hay que prevenirles que la vida no es un camino de rosas y que se pueden dar situaciones de tensión. Es necesario haber aprendido que las técnicas de comunicación entre ellos deben de ser buenos, los mensajes deben de ser claros, nítidos y se pueden decir cosas fuertes pero respetando los modales.

Ser diplomático.

Ser diplomático no significa ser falso, sino tener habilidad en el trato, ser cortes, saber cuando uno debe de saber callar a tiempo y conocer cuando se debe hablar.

Los días rosas

Este apartado se podría definir como "dime lo que te gusta que te voy a dedicar un día". Se trata de que uno de los cónyuges un día cada cierto periodo de tiempo, no demasiado distante, procure hacer todo lo posible por agradar a la otra persona. Al principio es difícil pero es tarea del terapeuta conseguir que se den cuenta de lo importante de las relaciones gratificantes. Hay que ir poco, no demandando en exceso al principio, pero si algo que agrade a la pareja. Un ejemplo de día rosa puede ser:

1.- Que durante el desayuno me hable y no se dedique a leer el periódico.

2.- Que me de un beso al irse y al llegar

3,- Que me diga algo agradable sobre mi físico

4.- Que ayude a su hijo a hacer los deberes

5.- Que me lleve a cenar

6.- Que me de 5 minutos de masaje antes de dormir.

Saber que la vida tiene activo y pasivo.

Esta afirmación tiene una sola lectura y es que cualquier relación tiene bonanzas y oleajes y cualquier otra idea es tener una idea utópica de lo que es la vida matrimonial.

Frenar la tendencia a controlar, vigilar e inspeccionar al cónyuge

Hay que llamar la atención sobre este hecho que supone estar continuamente observando la conducta del cónyuge pero con un afán excesivamente critico. Esto, aunque sean pequeñas criticas, si son persistentes y diarias, conlleva enfrentamientos frecuentes. Es un problema grave ya que la otra persona se siente observado, tiene que estar en guardia, con lo que se pierde la espontaneidad y se pierde la frescura de decir o hacer con tal de no ofender al miembro de la pareja que critica constantemente. La capacidad para respetar la libertad de acción refleja un espíritu liberal en quien lo practica y una aceptación del otro tal como es; aceptación que comporta ayudarle a mejorar, pero de otro modo, con mas tacto, usando la delicadeza. No se deben de estar haciendo continuas criticas con frases como "no soporto", "no tolero", "me da mucha rabia", etc.

Frenar la estructura de pensamientos negativos hacia la pareja

En una pareja en crisis es relativamente frecuente elaborar una conjunto de estructuras cognitivas respecto al cónyuge, criticas progresivamente peyorativas.

¿Como se fabrican estos conceptos distorsionados?

1.- Tendencia a hacer generalizaciones negativas continúas.

Cualquier fallo, problema o dificultad en la relación de pareja va confirmando esa impresión negativa del otro. Elaborar una regla general a partir de hechos aislados es un error.

2.- Centrarse en detalle negativo y agrandarlo, sacándolo de contexto.

Se emite un juicio en función de un solo acontecimiento.

3.- Maximalización y minimización.

Es la tendencia a maximizar determinados defectos y minimizar otros aspectos positivos.

4.- Pensamiento absolutista y dicotómico.

Es la tendencia a clasificar los acontecimientos en dos valores, bueno-malo, blanco-negro.

5.- Adelantarse en negativo.

Supone sacar conclusiones "a priori" sobre la conducta del compañero, y siempre en negativo.

viernes, 16 de mayo de 2008

jueves, 15 de mayo de 2008

Conyugalia: La crísis de pareja (II)

LA CRISIS DE PAREJA (II)

En los últimos años parece que cada vez se da un índice desmesurado de separaciones y crisis conyugales, aunque también es verdad que cada vez mas las parejas buscan soluciones en los profesionales del comportamiento.
Publicado en http://personales.com/espana/madrid/apsired/crisis-de-pareja.htm

Algunos consejos prácticos para mejorar la relación

Debemos de partir de determinadas premisas sobre el concepto de amor en la pareja. El amor es un intercambio complejo de conductas relacionadas entre las que se establece un continuum gratificante; para mantenerlo es necesario un aprendizaje, no se puede quedar en algo afectivo o un sentimiento (ya que eso solo son las imágenes que tienen los adolescentes cuando experimentan el amor) sino que tiene que ser un verdadero intercambio gratificante para los dos miembros de la pareja.

Actualmente la Psicología cuando la trata la prevención de la ruptura de pareja, se apoya en un modelo de objetivación, mediante el cual se exploran cuales son las conductas positivas, y cuales las negativas, con el fin de extraer un listado de peticiones reciprocas. El primer paso a tomar es la identificación del problema. Para poder evaluar el problema es necesario apoyarse en instrumentos de medida (cuestionarios) para objetivar la relación y hacer un seguimiento de la terapia. La información que se debe de pedir debe de ser claramente objetiva. Cada uno de los miembros de la pareja debe de pedir claramente que conductas quiere se incrementen en su pareja y cuales deben de reducirse o desaparecer.

A partir de este inventario de conductas se elabora un programa de conducta concretando los objetivos de cada uno, haciendo que se respeten estos puntos trazados. El objetivo de este programa terapéutico es que establezcan comportamientos de aproximación a trabes de las cuales ambos aprendan de nuevo a gratificarse.

También es importante tener un esquema biográfico de la pareja que debe de incluir los siguientes aspectos:

¿Como se conocieron?

¿Qué aspecto fue el que mas le interesó / agrado de la otra persona?

¿Cómo fueron las relaciones al principio?

¿Resumen del último año?

¿Cómo han sido las relaciones sexuales?

¿El día a día en la actualidad?

¿Periodicidad de las discusiones?.

¿Relato verbal de alguna discusión para observarla en directo?

¿Que argumentos/insultos/improperios se dicen en el curso de una discusión?

¿Como suelen acabar esos enfrentamientos?

¿Qué es lo mas difícil en la convivencia actual?

Actividades gratificantes que pueden hacer en común.

Tema de los hijos

Deseos y expectativas para que el matrimonio funciones

Borrón y cuenta nueva

Lo primero que se debe hacer para empezar a arreglar una situación difícil es necesario asumir y digerir el pasado, ya que a veces la incapacidad para superar un pasado difícil y/o traumático es la llave que abre la puerta de la ansiedad. La facultad de perdonar tiene dos etapas, una primera inmediata que supone acercarse al otro y disculparle, la otra mas tardía que supone ir olvidando. La terapia psicológica debe de ser una terapia verbal encaminada a olvidar rencores, a convencer a ambos que una persona que vive de recuerdos dolorosos no llega a sanar nunca. Es bueno en las primeras fases obligar a ambos componentes de la pareja a llevar un diario donde se le recuerden estas cosas.

Esforzarse por no sacar la lista de agravios

Este es el segundo punto de partida. La lista de agravios es ese inventario de pequeños y grandes errores, fallos y defectos y fracasos que se acumulan tras la convivencia. En las primeras fases de la terapia es bueno evitar que salgan estos "trapos sucios" continuamente que hacen que no se puedan superar experiencias antiguas.

El respeto mutuo en 3 direcciones.

El respeto se rompe por tres flancos diferentes, pero complementarios: palabra, obra y gestos. Los tres tienen una raíz común: la consideración en el trato debe de basarse en el aprecio y la dignidad de la persona.

El respeto de la palabra tiene una gran fuerza: aprender a controlarse, ser dueño de uno mismo y no perder la calma. Las palabras duras, hirientes, venenosas, cargadas de acusaciones y descalificantes van a dejar una honda huella en quien las recibe. Quien sea capaz de dominar su lenguaje será capaz de iniciar una relación mas gratificante.

En segundo lugar esta el trato de obra, son los malos tratos, la crueldad, la agresividad.

Por ultimo esta el lenguaje de los gestos:: en este epígrafe se incluyen los gestos, muecas, caras largas, aspavientos, maneras desafiantes, etc. En esta etapa hay que practicar la imitación, el modelado de conductas.

Por ejemplo se pueden realizar ciertos ejercicios de comunicación: se graban en cinta magnetofónica o en video y, mas tarde con la ayuda del terapeuta, se van analizando los errores cometidos. El terapeuta debe diseñar una guía de discusión:

1.- Cada comunicante es a la vez emisor y receptor de mensajes. La primera medida es que el intercambio de mensajes sea fluido, cuidando lo que uno dice y hace, a la para que siendo buen interprete de lo recibido.

2.- Hay que conseguir que el mensaje sea claro, conciso y reconocible por un observador objetivo.

3.- Para discutir hay que tener una premisa básica que es querer buscar una solución, ya que si no se arranca de esto, las discusiones solo sirven de desahogo y para sacar a la luz la lista de agravios.

4.- Aprender a eludir las áreas sensibles y dolorosas.

5.- Aprender a centrarse en el tema sin aludir a hechos pasados o suposiciones.

Para estar con alguien hay que estar con uno mismo

Hay personas cuya constante de desarrollo ha sido la inestabilidad afectiva, personas que han tenido varias uniones sentimentales y todas ellas acabadas en fracaso. Con este tipo de personas hay que hacer un tratamiento especial porque la pareja para ellos quizá no pueda funcionar.

La vida conyugal tiene que ser argumental

El aburrimiento es uno de los grandes enemigos de las parejas modernas. La vida humana tiene que ser argumental: ha de tener unos objetivos, unos proyectos, ilusiones y motivos para andar juntos.

lunes, 12 de mayo de 2008

Conyugalia: La crísis de pareja (I)

LA CRISIS DE PAREJA (I)

En los últimos años parece que cada vez se da un índice desmesurado de separaciones y crisis conyugales, aunque también es verdad que cada vez mas las parejas buscan soluciones en los profesionales del comportamiento.
Publicado en http://personales.com/espana/madrid/apsired/crisis-de-pareja.htm

En la vida cotidiana en pareja todo gira siempre a torno a pequeñeces cotidianas que emergen una y otra vez intentando romper la estabilidad lograda. Hay que decir antes de nada que en toda relación de pareja sobrevienen crisis o momentos difíciles que son completamente normales y que se inscriben dentro del proceso normal de maduración conyugal. La vida en pareja tiene una serie de etapas bastante estandarizadas que pueden llevar a situaciones de riesgo, sin embargo son crisis de crecimiento, de compenetración y maduración. De un modo general podemos distinguir los siguientes periodos:

Etapa de formación de la estabilidad de la pareja. Es aquella fase inicial posterior a la fase de enamoramiento cuando se atraviesa la barrera de estar con uno mismo a pensar que se esta con una persona con la que se puede llegar a compartir la vida.

Etapa de afirmación. Es la etapa de los primeros años de la unión estable de la pareja, bajo un mismo techo. Las personalidades están madurando pero es un proceso de adaptación costoso donde cada miembro de la pareja intentara imponer sus condiciones y en esa búsqueda del equilibrio estará el triunfo de la relación. Es una etapa donde tiene que reinar la tolerancia, el saber escuchar y llegar a compromisos. Suele ser la etapa de la llegada de los hijos que suponen una fuente de estrés importante.

Etapa de la mitad de la vida. Es una etapa de análisis minucioso del tiempo vivido, una etapa de balances. Es una etapa peligrosa para la relación de pareja si esta no tiene unas bases fuertes. En esta época la pareja puede morirse por cansancio y aburrimiento entre ambos, no hay nada que decirse, no se comparten hechos, impresiones, ilusiones futuras. Por otro lado pueden aparecer relaciones extraconyugales, los miembros de la pareja se sienten impelidos por estímulos novedosos, el tercero/a en discordia, y además suele suponer una inyección para "el ego de la persona", ya que se ve con la capacidad para atraer y seducir a alguien. Si se dan relaciones extraconyugales las consecuencias serán negativas a medio o largo plazo para la pareja.

Etapa de la vejez. En esta etapa, la pareja que se ha mantenido firme y unida se une mas estrechamente y el amor se hace mas rico, mas autentico, comprensivo y sólido. Cuando han existido rupturas, la situación se experimenta de otro modo y es habitual que asomen sentimientos de culpa, frustración o desencanto, que dan una visión negativa y triste de la vida en común.

A continuación vamos a explicar que diferentes tipos de crisis pueden afectar a las parejas a lo largo de su relación:

Desgaste de la convivencia. En todas las parejas se dan crisis por el simple hecho de vivir juntos, es un desgaste normal. Una condición básica de la pareja madura es amar al otro con sus cosas positivas y negativas, pero después de haber intentado suprimir los ingredientes negativos que mas afectan a la armonía conyugal.

Crisis de identidad. Son aquellas situaciones donde uno de los miembros de la pareja empieza a preguntarse cosas sobre su vida familiar, profesional. Al hacer balance de su vida en pareja no se siente feliz o duda sobre si es la vida que quería llevar. Podríamos hablar de comportamientos inmaduros típicos de personas que no saben lo que quiere, personas que han crecido sin un modelo de identidad, que no se conocen a si mismas, que tienen fuertes contradicciones internas y muchas veces una absoluta falta de responsabilidad.

Infidelidades. Por regla general este tipo de crisis son graves y suelen deslizarse hacia la ruptura, están teñidas de fuertes tensiones emocionales y de un acentuado deterioro de la vida en pareja. A veces se mantiene la vida de la pareja gracias a la capacidad de renuncia y sufrimiento de una de las partes, que llega a tener comportamientos verdaderamente heroicos.

Intromisión de la familia política. En este tipo de crisis lo que suele suceder es que la actuación desacertada e inoportuna de alguna parte de la familia política provoca una situación difícil y cargada de tensiones psicológicas.

Excesiva dedicación a la vida profesional. Aquí la clave va a residir en un excesivo tiempo dedicado a la vida profesional. Se da mucho mas en los hombres, sobre todo profesionales liberales que cada vez tienen menos tiempo para el y su familia puesto que su trabajo le ocupa la mayor parte del tiempo. En estas situaciones muchas veces se encuentran relaciones extraconyugales que aun complican mas la situación.

Enfermedad psíquica de uno de los miembros de la pareja. Cuando uno de los miembros de la pareja sufren trastornos psicológicos o psiquiátricos se dan crisis importantes. Aunque afortunadamente la mayoría son trastornos pasajeros (ansiedad, depresión) a veces se dan auténticos problemas de tipo psiquiátrico (paranoia, delirios, esquizofrenia) que hacen muy difícil la convivencia.

Monotonía. Es la crisis que se da cuando la vida se vuelve vacía, insípida, uniforme, aburrida, insustancial, etc. En este tipo de crisis lo que falta son recursos para evitar la rutina y su pronostico puede mejorar si ambos miembros de la pareja hacen algo por combatir el tedio.

Ascenso profesional no compartido. Por lo general estas crisis tienen lugar porque uno de los miembros de la pareja ha tenido un importante ascenso profesional en breve tiempo, dejando a su pareja en un cierto desnivel. Generalmente se da mas en hombres; las mujeres no han seguido los pasos de ellos porque han tenido otras ocupaciones y porque el hombre cada vez hace menos vida familiar.

viernes, 9 de mayo de 2008

Conyugalia: «El perdón es fundamental»

«El perdón es fundamental»

Entrevista con el doctor Enrique Rojas:

El doctor Enrique Rojas es catedrático de Psiquiatría y autor del numerosos libros, entre otros, Los lenguajes del deseo, editado en Temas de Hoy

Publicado en http://www.alfayomega.es

¿Cómo definiría lo que es la infidelidad?

Es una experiencia de mucho sufrimiento psicológico, que significa que uno de los dos componentes de la relación conyugal tiene una relación por fuera de ese matrimonio. Es una vivencia de gran dolor que da lugar a un impacto que, en muchos casos, puede ser muy grave.

¿Qué secuelas quedan en las personas que han sufrido una infidelidad?

Principalmente, un fondo de inseguridad ante la otra persona por miedo a que vuelva a repetir algo similar. De todas maneras, la infidelidad no es de las situaciones más graves que pueden ocurrir en una crisis conyugal. Es mucho más grave la crisis conyugal por inmadurez, por monotonía, por cansancio, por apatía, por no compartir cosas juntos, por discusiones constantes… Porque, cuando hay infidelidad, si la otra persona tiene un acto de amor grande como es el perdón, esa pareja puede salir adelante, incluso con más fuerza que antes.

O sea, que no sólo se debe perdonar, sino que se puede salir reforzado de una crisis así…

El perdón es fundamental, pero el perdón significa, por un lado, «Te perdono, me perdonas»: recibir el perdón de la otra persona, y, después, me esfuerzo por olvidar. Cuando una persona dice: «Perdono, pero no olvido», eso no es casi nada. El perdón se acompaña, a corto plazo, de un esfuerzo por no recordar esas páginas negativas.

Pero tiene que haber un tiempo de duelo, al menos…

Lógicamente es un impacto fuerte que se produce con esa sensación. Pensemos hoy que, al tener la ética un componente de permisividad y de relativismo, muchas de estas cosas son divertidas, ingeniosas, sugerentes, pero tienen un aire frívolo desde fuera, que, dentro, llevan la gran dureza de una tragedia. Yo he descrito, en mi libro Los lenguajes del deseo, el síndrome de «Amaro»: el amaro es una planta labiada que tiene forma de corazón en su base, que huele muy mal y que corrige ciertas afecciones de la piel, y extrapolo esto a lo que está pasando hoy en la televisión, que es «el deseo apasionado de conocer la vida de los famosos, siempre que esté rota». Interesa la vida ajena de los famosos, pero con la condición sine qua non de que sea siempre que esté rota. El divertimento, el pasatiempo, el patio de vecindad, el Los ricos también lloran, el mecanismo de compensación… es muchas cosas.

¿Cree que el ser humano tiende a la fidelidad, o a la infidelidad?

Las dos están muy cerca. La posible infidelidad está siempre a la vuelta de la esquina, por las muchas posibilidades que tiene el ser humano hoy de salirse de la pista. La infidelidad es un concepto mental. Una persona que es fiel no se pone en situaciones de riesgo que puedan comprometer su situación conyugal. Ante la posibilidad de que ocurra algo así, uno tiene la valentía de huir. Y es un concepto mental que tiene muy poca gente en una sociedad tan divertida, tan relativista, tan permisiva…

¿Cree que también es algo de nuestros tiempos?

Creo que sí, aunque puede también que ahora suene más porque estamos en una sociedad neopagana, y el neopaganismo trae también el divertimento y la exploración en otras vías…

¿Los hombres son más infieles que las mujeres?

En general, sí, hay una tradición machista, que está herida pero no muerta. A la mujer se le sigue aplicando la ley del embudo: al hombre, la parte de arriba, el embudo ancho, se le permiten más cosas; a la mujer, la parte de abajo, se le permiten muchas menos. Y luego, por otra parte, la vida del hombre hasta ahora ha tenido mucha más relación con la economía, más independencia para funcionar… De todas formas, en el año 2002, en la Universidad Complutense, se hizo un estudio con una muestra muy amplia, con 4.000 alumnos, y el 85% decía que el primer valor en la relación afectiva con otra persona era la fidelidad.

Quedan secuelas en la persona engañada, sí, pero… ¿también en el que engaña?

Hay un coste psicológico del que ha sido infiel, que es ver un poco las consecuencias de destrozar a la otra persona. Hay un sufrimiento personal en las personas que tienen una cierta conciencia moral. Los que no tienen esa conciencia, evidentemente, no sienten nada, les parece que todo es normal, un carrusel de experiencias sin un fondo ético.

¿Cómo evitar los deseos de ser infiel?

No ponerse en situaciones de riesgo, evitar momentos en los cuales uno puede fugarse de esa fidelidad. Es difícil porque, a veces, todo empieza siendo una experiencia divertida, sugerente, refrescante…, un burbujeo de champán…, y puede acabar siendo algo trágico. Hay que evitar eso, poner una cota, no entrar al trapo.

¿Cree que puede llegar a ser una enfermedad?

Lo que pasa es que las personas que son infieles de forma recurrente lo que traducen es lo que está debajo, y debajo hay una inmadurez afectiva: un señor de 50 años puede tener una edad afectiva de un adolescente. Esto no tiene una solución fácil, porque a determinadas edades habría que hacer un trasplante de cabeza para solucionar tales problemas

viernes, 2 de mayo de 2008

Conyugalia: ¿Que has hecho hoy por tu matrimonio? III

Conyugalia: ¿Que has hecho hoy por tu matrimonio? III

Publicado en http://www.foryourmarriage.org
Tercer vídeo

Conyugalia: Veinte años casados, ¿y ahora qué… amor, adaptación o conflicto?

Veinte años casados, ¿y ahora qué… amor, adaptación o conflicto?

Autores: Carmen Candela Belda Manuel Álvarez Romero.

Almuzara. Córdoba (2008). 167 págs. 15 Euros.

Firmado por Cristina Ruiz-Ogarrio
Publicado en Aceprensa www.aceprensa.com Fecha: 9 Abril 2008

Aunque puede ayudar también a aquellos que empiezan su matrimonio –para ver con perspectiva cómo el “pasar de los años” afecta a la relación de pareja–, este libro va dirigido específicamente a aquellos matrimonios que llevan ya muchos años casados, veinte o más, y que se encuentran en esa etapa de la vida conyugal en que se alcanzan los 45-50 años de edad. Se trata de un período en el que los hijos se hacen mayores y empiezan a necesitar menos a sus padres, incluso se marchan de casa; profesionalmente, los cónyuges llegan a su máximo desarrollo y, en principio, la economía familiar ya no es precaria como lo era en los primeros años.

En estas circunstancias, con frecuencia las personas se replantean sus vidas y, en ocasiones, también su propia relación conyugal. Por ello, “¿Amor, adaptación o conflicto?” –que los autores emplean en el subtítulo del libro– resume las formas que puede tomar el matrimonio en esa etapa. En este sentido, el tiempo vivido en común, la intensa vida familiar y la educación –a veces problemática– de los hijos son factores que deciden el futuro de la relación conyugal: o bien se forma un profundo poso de amor, o bien se deteriora paulatinamente una relación que ha caído en la rutina o, a veces, se provocan situaciones realmente críticas.

Con un estilo ameno y directo, los autores desgranan y analizan las posibles causas y los riesgos de crisis, intentando ofrecer consejos para evitarlos de raíz o superarlos cuando aparecen. Todo ello enfocado desde una actitud positiva, incluso para adaptarse a los cambios provocados por la edad.

Los capítulos se completan con recuadros que, de modo esquemático, destacan los mensajes centrales o las ideas-fuerza a tener en cuenta. Asimismo se realizan dos selecciones bibliográficas: una concreta del tema tratado en cada capítulo, y otra de ampliación, para que los lectores puedan profundizar por su cuenta en los aspectos que les resulten más interesantes.

Veinte años casados es un libro escrito a dos manos y el diferente estilo de los autores se puede percibir con claridad. El hecho de que se trate de un hombre y una mujer, médicos de distintas especialidades y con personalidades diferentes, da más viveza y dinámica al libro, enriqueciendo el enfoque y las sugerencias. En definitiva, es un ensayo didáctico, escrito de forma sencilla, al alcance de cualquiera, en el que el lector puede encontrar estrategias y consejos para cuidar y trabajar cada día su matrimonio.

Mas información: conyugalia@hotmail.com

Conyugalia: 16 consejos para evitar la crisis matrimonial

16 consejos para evitar la crisis matrimonial

Autor: Gloria Elena Franco.

Publicado en http://es.catholic.net/familiayvida

La crisis en el matrimonio puede originarse a veces por una defectuosa comunicación. La crisis en sí misma supone una ruptura de la comunicación

La crisis en el matrimonio puede originarse a veces por una defectuosa comunicación. La crisis en sí misma supone una ruptura de la comunicación.

Esta ruptura se manifiesta de forma abierta cuando el trato y el diálogo dejan de existir. O puede aparecer de forma velada cuando se continúa la relación a base de monosílabos.

En todo caso lo que se pretende es que estos momentos de desacuerdo conyugal (normales por otra parte en la convivencia matrimonial) sean transitorios y leves, gracias a la buena voluntad de los cónyuges.

1.- Tiempo de oro

Dedícale tiempo al otro pero no confundas la calidad con la cantidad.

2.- Salidas frecuentes

Sal con tu cónyuge con alguna frecuencia. No te limites a "sacar" a tu mujer de casa, preocúpate de "salir con ella" a algo que le agrade.

3.- Oír y escuchar

Cuando él-ella te hable, no te limites a oír, deja de trabajar, o deja el periódico a un lado, mírale a los ojos. Él o ella se enterará de que te escucha.

4.-Como novios

Mantén viva la ilusión del primer día de noviazgo. Conquístale a diario. Preocúpate de tu arreglo personal.

5.-Buenos recuerdos

Recuerda con frecuencia los momentos felices compartidos por los dos.

6.- Sueños de enamorados

Sueña como los enamorados pero ten los pies en tierra como los esposos.

7.- De cara al futuro

Haz planes de futuro que te ayuden a mejorar el presente.

8.-"No hay otro como tú"

Hazte sentir al otro como necesario en la relación conyugal. Busca su compañía.

9.-La importancia de las celebraciones

Recuerda las fechas importantes. Si las celebráis juntos, ¡mejor!

10.- "¡Ayúdame!"

Pide a tu cónyuge soluciones prácticas para tus problemas: puede ayudarte mucho y además servirá para uniros.

11.-Siempre alabanzas

No le critiques ante las amistades, menos aún cuando no esté presente

12.-"Es una sorpresa"

Sorpréndela con pequeños detalles inesperados: un regalo, una cena especial, una noticia agradable, unas flores, el vestido que le gusta.

13.-"Venía pensando en ti"

Búscale a él o a ella al llegar a casa. Le encantará saber que vienes pensando en él.

14.-Un beso al despedirse

No olvides despedirte antes de salir. Un beso todos los días es una práctica muy recomendable

15.- Con la verdad por delante

Sé siempre sincero pero no lo manifiestes de forma desagradable.

16.- "Quiero estar contigo"

Prefiere a tu cónyuge antes que a las amistades, demuéstraselo a menudo.